Pocas veces fuimos tan felices como en la infancia, cuando la ingente cantidad de tiempo libre disponible con respecto a la adultez nos permitía hacer cosas tan increíbles como jugar a todos los JRPGs que caían en nuestras manos. Sin embargo, hay momentos en los que podemos volver a permitirnos esto sin robarnos horas de sueño a nosotros mismos: las vacaciones.
Y eso es lo que he hecho. Equipado con mi Nintendo Switch, y tras fundirme una joyita como ARCO en apenas un par de días, me puse a buscar algo a lo que jugar en la eShop. Y fue entonces cuando me encontré con una oferta que me dejaba Digimon Story Cyber Sleuth: Complete Edition a menos de 10 euros.
Porque claro, soy alguien nacido en el 1993. Eso implica que no pocas comidas de medio día durante mi infancia, las hice con la serie de animación de los monstruos digitales de fondo. Agumon, Veemon, Growlmon y compañía fueron uno más en mi mesa, y han seguido siendo parte de mi vida a través de los videojuegos.
Digimon, una franquicia necesaria en los videojuegos
A pocos le he dedicado más horas en mi PSX que a Digimon World a pesar de que no se podía completar. Las secuelas de esta saga, incluyendo la más reciente, Next Order, siempre las he jugado; y disfruté bastante de Digimon Survive, el último de los títulos basados en la franquicia de Toei. Y también tuve buenas experiencias con los títulos de DS.
El combate, sin ser profundísimo, si que tiene debilidades y fortalezas por tipos.
Sin embargo, el caso es que con Cyber Sleuth y su secuela Hacker's Memory nunca tuve la ocasión de darles un tiento, a pesar de que pertenecen a otra generación. Eso se acabó hace unos días, porque no he parado de dedicarle horas durante mis últimos días libres. Y la experiencia ha sido la misma que con tantos otros juegos de la franquicia: me lo he pasado muy bien... y eso que no he dejado de encontrarle fallos.
Porque en el patio de mi colegio, el Quirinal, solíamos decir que en la serie ganaba Digimon, pero en juegos perdía frente a Pokémon. Eso tampoco me impedía disfrutar de los títulos en mis consolas, especialmente por las referencias a un mundo digital que me entusiasmaba, pero sí era consciente de que las mecánicas y el bucle jugable acababan por ser superiores con Pikachu y compañía.
Ser detective Digimon es algo que apetece
Cyber Sleuth, aunque celebrado por el público (y muestra de ello es la existencia de Hacker's Memory y de la Complete Edition), no es inmune a esta realidad. Lo que nos propone el título es, una vez más, acudir al mundo digital para detener el mal que acecha entre sus bits. Eso sí, nada de aventura infantil como en las primeras entregas de la serie, sino más bien un enfoque similar a la quinta temporada (Data Squad) o incluso a Summer Wars, la mejor película de Digimon sin ser siquiera parte de la franquicia.
Pasarás bastante tiempo por esta oficina de detectives.
Nuestro protagonista tomará el rol de un detective digital que hará de EDEN, una metarealidad online donde habitan los Digimon, su campo de trabajo. La premisa es interesante, y sin llegar a lindar de forma directa con tramas adultas como pasaba con Survive, sí que puede dar pie a cuestiones más interesantes para un público de mayor edad.
Una de las preguntas que primero me asaltaron sobre el juego, antes incluso de instalarlo, fue su peso. Estamos hablando de un juego doble con potencialmente más de 100 horas de duración y cerca de los 1000 monstruos digitales por coleccionar. Suponía que el Wi-Fi del hotel lo pasaría mal para bajarlo, o que tendría que borrar algún título de mi Nintendo Switch para hacerle sitio en su almacenamiento.
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Nada más lejos de la realidad: apenas un poco más de cuatro gigas. Es cierto que estamos hablando de un juego que se estrenó en Vita, que su primera parte cuenta con casi una década de historia, y que Switch no usa texturas en 4K... Pero me sorprendió que un título con tanto contenido pesara relativamente poco.
Los diálogos son bastante pesados en el tramo inicial.
No tardé demasiado en entender la razón: hay mucho reaprovechamiento de escenarios. Un mismo nivel, con apenas un par de desvíos y un puñado de NPCs puede ser transitado durante varias misiones principales, y también dar pie a unas cuantas secundarias en forma de encargos simples que se completan en minutos.
Además de esto, una gran parte del desarrollo de Digimon Story Cyber Sleuth son diálogos asimilables a una novela visual. Esto no es un problema en sí mismo, de hecho Digimon Survive es un 50% esto y gracias a sus giros de guion e interesantes tramas, hacía una buena mezcla con la parte de combate táctico.
Pero hay algo que me ha enganchado completamente, y es su sistema de digievoluciones. A diferencia de su competencia directa en esto de los monster catchers, Digimon suele ofrecer caminos de evolución en forma de árbol y no lineales.
Lo más divertido: las digievoluciones
Aunque en la serie sepamos que el Agumon de Tai digievoluciona en Greymon, Metal Greymon y WarGreymon, la realidad es que eso será así para un Agumon concreto y no es una norma general. De hecho, recordad lo que sucedía cuando SkullGreymon hacia la mitad de la primera temporada.
Aquí está gran parte de la diversión del juego.
La saga Digimon World te hacía pasar por varias evoluciones, usando el ciclo de vida de tu compañero y convirtiendo la digievolución en una especie de roguelike paralelo al avance en la trama. CyberSleuth se aprovecha de esta realidad dentro del Mundo Digital para alumbrar todo un sistema de digievoluciones y de-digievoluciones.
El hacer evolucionar a tus compañeros depende de ciertos requisitos de nivel, pero también de requisitos en estadísticas. La cuestión es que no siempre llegarás a lo que piden simplemente jugando con ese digimon y combatiendo; necesitando de-digievolucionar y volver a fortalecer desde un paso anterior al actual. Esto incita a un completismo no desde la captura, si no desde el desarrollo de un mismo monstruo.
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A lo largo de mis no pocas horas al juego he detectado que esa mecánica, sumada a cuestiones como la granja en la que puedes tener a tus monstruos entrenando mientras juegas esas secundarias, hacen que no se me quiten las ganas de jugar. Dicen quienes lo han jugado que lo bueno a nivel de historia arranca a partir del décimo capítulo (de los veinte que tiene). De momento seguiré dándole para comprobarlo.
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